Dijo George Orwell en su ensayo The Sporting Spirit (1945) que “el deporte serio no tiene nada que ver con el juego limpio. Está vinculado con el odio, la envidia, la jactancia, el desprecio de todas las reglas y un placer sádico en presenciar la violencia. En otras palabras, es la guerra sin disparos”. Y en esa ausencia de conflicto activo, en esa tensa espera, que Oriente Medio sea un polvorín es algo que nadie discute. No hay día sin alertas, no hay día sin tensión, sin declaraciones de represalias, y a cada acción de un país nos surge una visita rápida a un mapa para situar barcos, drones, posiciones, pasos comerciales…

Pasó hace unas semanas cuando el Estrecho de Ormuz se convirtió en protagonista: ubicado entre Omán e Irán, la vía de acceso más importante del mundo para el transporte de petróleo, el 20% de la producción mundial pasa por la Península Arábiga. Una tensa espera que afecta de lleno también al deporte. Al deporte rey, al fútbol, concretamente. El fútbol no iba a ser una excepción en ese clima. En ese ecosistema en el que cualquier detalle puede provocar una crisis mundial. La Iran Pro League, la liga oficial de fútbol del país, se retomará oficialmente el próximo 18 de agosto, tras verse afectada de lleno por la guerra entre Irán e Israel. De hecho tenía que haber comenzado ya, pero la guerra suspendió todo. Entrenamientos, pretemporada… y provocó que muchos profesionales se fueran para no volver. Fue el caso del reputado entrenador del Persépolis, el turco Ismail Kartal, que se fue cuando se inició el conflicto y no ha querido regresar por motivos personales. Algo similar sucedió con el entrenador portugués, Ricardo Sá Pinto. Aunque la leyenda de la Real Sociedad ha sido de los primeros foráneos en no dejar tirados a los iraníes y ha regresado a Teherán para ocupar su cargo de entrenador del Esteghal FC. Es más, durante semanas, jugadores iraníes internacionales tampoco podían regresar por la cancelación de vuelos al país. Ni ellos, ni nadie, ni siquiera los nuevos fichajes que iban a iniciar la temporada. Pese a todo, según varios representantes de jugadores consultados por AS, “ningún otro internacional ha querido finiquitar su contrato”.

Refugiados afganos huyendo de Irán durante el mes de julio.ACNUR

Y eso que desde el final de la Guerra de los 12 días entre Israel e Irán (del 13 al 24 de junio), la situación en Irán ha cambiado drásticamente tanto a nivel interno como geopolítico. Según informes de inteligencia, son miles los iraníes que están abandonando el país, especialmente hacia Emiratos. Irán, un país en el epicentro de Oriente Medio que comparte fronteras a nivel terrestre, con Irak (1.599 km); con Turquía (534 km); con Azerbaiyán (689 km); con Armenia (44 km); con Turkmenistán (1.148 km); con Afganistán (921 km) y con Pakistán (909 km). A nivel marítimo, comparte aguas con Kuwait, Arabia Saudí, Baréin, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Omán.

Situación límite

Entonces, ¿qué ocurre en Irán para que la mejor opción sea el régimen talibán? Desde el 13 de junio, la población afgana que está huyendo de Irán ha aumentado, según datos de ACNUR, por la posibilidad de un conflicto en el país islámico. Hasta el 23 de julio, alrededor de 1.36 millones de afganos habían regresado desde Irán desde el 1 de abril, y más de 1.68 millones desde comienzos de año. Entre el 17 y el 23 de julio, el promedio diario de retornos superó las 15.700 personas.

Irán, colapso por la guerra
El Gran Bazar de Teherán cerrado durante los días de la guerra contra Israel.Anadolu

Las preocupaciones en materia de protección para los afganos en Irán persisten, con informes que dan cuenta de dificultades relacionadas con el acceso a servicios, vivienda y medios de vida. Los refugiados han compartido problemas en las fronteras como el aumento del coste de vida, desigualdades salariales y acceso limitado a contratos de alquiler en algunas zonas. ACNUR está monitoreando la situación y brindando apoyo, señalando un aumento del malestar psicológico entre los niños (especialmente relacionado con la exclusión escolar y el temor a la deportación) así como un número creciente de hogares encabezados por mujeres que solicitan asistencia.

Irán es un país precioso, pero no se conoce. Tiene estaciones de esquí, zonas de playa y mar como el Caribe a dos horas en avión (Kish Island), el norte es como Asturias o Cantabria”.

Pepe Losada

Pese a esas disfunciones, el regreso del fútbol es el mejor ejemplo de la vuelta a la normalidad. Los extranjeros han tomado sus precauciones. Han informado a sus embajadas de dónde van a estar para activar los protocolos en caso de un nuevo estallido del conflicto. En ese clima, españoles como Pepe Losada (Cádiz, 1976), veterano preparador físico curtido en mil batallas (Hungría, India, Filipinas, Cádiz…), han decidido irse a Irán para quedarse y hacer grandes cosas. En su caso, llega al Persépolis, el club grande del país. Con la salida de unos, vuelven otros (Losada ya estuvo entre 2022 y 2024). El fútbol ya se vislumbra en el horizonte. Si lo más importante de lo menos importante ya está listo, es que ha vuelto la calma.

Irán, colapso por la guerra
Pepe Losada.

La guerra cambia el destino de Pepe Losada

Pepe Losada (Cádiz, 1976), conoce el fútbol internacional como pocos. Ahora vuelve a Irán en un momento en el que la actualidad informativa lo ha situado de nuevo en la primera línea. Tras los 12 días de guerra con Israel muchos jugadores internacionales se marcharon del país. La liga se suspendió, y con el calendario recién salido del horno, ultiman los detalles del regreso a la normalidad. Pero con la salida de unos, vuelven otros. Para quedarse y hacer cosas grandes.

El Persépolis es el club con más títulos del país (15 títulos de la Iran Pro League, 7 títulos de la Copa Hazfi, 5 títulos de la Supercopa de Irán. Losada ya logró un triplete con ellos y ahora quiere que las vitrinas siguen aumentando (el último entrenador español en Irán fue Juan Carlos Garrido, que acabó la temporada en junio en Trípoli (Libia), en el Al Ittihad. “Sigo deseando que un entrenador español llegue a triunfar aquí, han pasado muchos Lucas Alcaraz, Paco Jémez, Juan Ignacio Martínez, Javier Clemente…”, nos cuenta.

Adaptarse a la cultura iraní no es fácil. Tú te vas a trabajar a Francia, pues tendrás una adaptación. O te vas a Inglaterra o te vas a Italia. Mi primera experiencia extranjera fue en Hungría, en el Puskás Akadémia, y es Europa. O cuando fui a Filipinas, un lugar abierto, con mucho turismo, me fui con la familia y vivíamos en una zona buenísima, parecía Manhattan. A Irán siempre he venido solo. No hay colegios internacionales, y eso hace mucho. En India, en el Gol Gohar Sirjan mi familia pasó un tiempo maravilloso. Pero aquí aún no se ha dado”.

Irán, colapso por la guerra
La pretemporada del Persépolis se está realizando en Turquía.

Pregunta – ¿Cuándo recibe la llamada del Pérsepolis?

Respuesta – Yo estaba haciendo el Camino de Santiago hace unas semanas. Y en tres días de conversaciones firmamos. (El 4 de julio se hizo oficial el fichaje). Me preguntaron si estaba dispuesto a volver, y bueno. Le costó más a mi mujer (la última temporada estuvimos juntos en India y fue maravilloso), tenemos tres niños, pero ella es muy inteligente, y aunque aquí no me acompaña, sabe cuál es mi trabajo.

P – ¿Quién va a ser el entrenador?

R – Vahid Hashemian, el iraní ha hecho toda su carrera como jugador en Alemania, en el Hamburgo, Bochum, Hannover, Bayern… Esta es su primera temporada como primer entrenador. Nos conocíamos desde hace años, y me quería en su equipo. Imagino que el club le habló de mí y también de mis métodos de trabajo, de lo que hacemos con los GPS, las cargas, la planificación… Desde el 8 de julio estamos ya trabajando.

P – ¿Y cómo va la pretemporada?

R – Estamos en una estación de esquí en Turquía, a más de dos mil metros. La frontera con Irán está como a 800 km. Somos varios los equipos del país que estamos aquí desplazados trabajando, tenemos 10 campos de fútbol, jugamos amistosos contra el Galatasaray, el Besiktas, el Fenerbahce, el Trabzonspor (empatamos a cero hace unos días). Estamos de pruebas, claro, controlando el tiempo de los jugadores. Pudimos ganar, no nos pitaron un penalti, pero no nos vamos a quejar aún.

P – ¿Cómo se vivieron esos 12 días de guerra?

R – Yo estaba en contacto con amigos, y me decían que fue una situación que nunca se había vivido en en en los últimos 35 ó 40 años. Teherán, una ciudad de 15 millones de habitantes, se quedó vacía. La gente se fue. Se paró prácticamente todo. Imagino que sí hubo momentos de miedo o tensión, pese a que las bombas que cayeron fueron en unas zonas militares específicas y en alguna zona residencial buscando a alguna persona en particular. No fue una guerra como lo que vemos en Ucrania. El anterior entrenador del Persépolis, el turco İsmail Kartal se fue y no quería volver. Y ahí es cuando entramos nosotros.

Irán, colapso por la guerra
La última liga el Persépolis la ganó con un gol en casa en el minuto 88.

P – Casi podríamos decir que el segundo idioma del Persépolis es el español.

R – Sí, después del persa, aunque nos comunicamos en inglés, el español es un nexo común. Estoy yo, está el preparador de porteros (Emilio Álvarez que pasó por el Real Madrid o Manchester United), un jugador del Congo que jugó en Las Palmas, el capitán de la selección de Macedonia que jugó en el Alcorcón…

P – ¿La experiencia es un grado?

R – Va a ser mi quinta temporada en Irán, conozco el país, la ciudad, tengo muchos amigos. La liga al final se ha retrasado 10 días, en principio empieza el 18 de agosto. Si ocurriera algo, no sé, que otra vez volvieran a caer bombas, me imagino que se pararía la Liga o se pararía todo otra vez. La última noticia que tenemos es que el gobierno iraní ha aceptado celebrar una nueva ronda de negociaciones con representantes de los tres países europeos que son miembros del JCPOA (Plan de Acción Integral Conjunto), Alemania, Francia y Reino Unido, en Turquía (el llamado grupo E3). Eso por un lado, y luego el trasfondo político con Israel. A nadie le gusta esta situación. La gente, te lo digo de verdad, quiere vivir tranquilamente. Una cosa son los gobiernos, pero otra cosa son los pueblos, la gente en Teherán es lo que quiere.

Irán, colapso por la guerra
Pepe Losada dirige el entrenamiento de pretemporada en Turquía.

P – ¿Cómo le van a recibir cuando vuelva?

R – Me imagino que seré más famoso, porque antes es que no podía salir a la calle, es que la gente me para, son un país muy futbolero, se sigue todo al milímetro, los entrenamientos están colgados a las dos horas en YouTube, etcétera. Es una locura. Ahora tenemos que esperar, porque nuestro estadio, el Azadi, está en obras. Tiene capacidad para más de 77 mil aficionados, pero ahora estamos jugando a las afueras de la ciudad. Los primeros cinco o seis partidos, no jugaremos en casa. Tenemos una presión añadida, pero es una presión de las buenas, el año pasado no se ganó nada y este año tenemos que apretar todos, jugadores y cuerpo técnico, para darle esa felicidad a la afición.

P – ¿Se nota la afición de las mujeres al fútbol?

R – Van separadas de los hombres al campo, pero van muchas, entre 8 y 10 mil aficionadas. Sí se nota. Es un ambientazo. La FIFA presionó hace unos años (2019) para que admitiera a las mujeres en el fútbol, o no permitía que se iniciara la liga. Y se modificó.

P – ¿Y la vida en Teherán?

R – Hay zonas, las más adineradas, que a veces uno no sabe si está en París, Londres o Madrid, a nivel restaurantes, a nivel calles, edificios, coches… Eso sí, el tráfico es un caos absoluto. Se le dice a Teherán la ciudad que no se le ve el fin, porque incluso desde la Torre Milad, de 435 metros de altura, no se ve el final de la ciudad.

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Irán es un país precioso, pero no se conoce. Tiene estaciones de aquí, zonas de playa y mar como el Caribe a dos horas en avión (Kish Island), el norte es como Asturias o Cantabria. En el barrio en el que yo vivía, en invierno, de la nieve que caía, no podía salir de casa. Hay veces que dices, estoy en Suiza o en Irán. La frontera con Turquía es muy montañosa, con Afganistán sí es más desierto. La gente no lo sabe, principalmente por la opacidad. Los turistas que yo me he encontrado casi siempre han sido alemanes.

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